Graça

Escrito por Benny del Paso el .

El 18 de julio es marcado en el calendario como el día de Nelson Mandela, dicen un día para reflexionar sobre los desposeídos. En estas fechas, la península tiene marcado en sangre los días en que los sin nombres apagaron las luces de la República, imponiendo la penumbra en las casas y las almas de los ibéricos. En estos días pienso en Graça. Un destello de luz que se fue.

Su sonrisa abierta, a la que no puedes resistirte, y una mirada que busca la empatía siempre con su interlocutor, ha desaparecido de su rostro, negada a ser vista de nuevo. La esposa de dos históricos héroes de la lucha contra la colonización europea en el continente africano, Nelson y Samora, ha dejado de irradiar luz.

Su alta figura empezó a desfigurarse en los últimos años en vida de su marido Nelson, cuando su amado se auto exilió al país de las maravillas, donde la vida es sueño. En esos años, buitres de todos los colores sobrevolaban el cuerpo en vida del personaje a rentabilizar. Ella, a su lado, no tuvo fuerzas para ganar la última batalla.

graca3Mujer luchadora, una socialista que ha dado batalla al sistema e individuos que infligen dolor e injusticias a las mujeres africanas. La profesora intentó cambiar un modo de pensar con educación, pero pronto le arrebataron lo que más quería. Su compañero, su camarada, su amado derribado en un avión. Llegar a lo alto de la cima y aplicar la revolución fue peligroso, y su marido Samora Machel, Presidente de Mozambique, lo pagó con su vida.

Graça volvió a reencontrarse cara a cara con la esperanza en el país de los asesinos de Samora, Sudáfrica. Nelson le dio esperanzas de que es posible cambiar el mundo, poquito a poquito. Su sonrisa asomaba sin vergüenza en su cara. Las carcajadas le siguieron y una vida en que lo imposible es posible la llenó de luz.

Pero caprichosos son los dioses del Olimpo, siempre en busca del desarmado que piensa que vivir en sociedad es bello. Le arrebataron a su amado, robándole lo que más preciaba, su dignidad. No respetaron al ser que se fue y no respetaron a la mujer que se quedó. La sonrisa de Graça se ha desvanecido en la desolación de la desilusión, y con ella la mujer. Dónde estás Graça.


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