Símbolos
- Gilipollas.
- Tus ancestros.
Apesta. La mierda depositada por un joven cabreado en la base de la estatua de Cecil Rodhes huele mal. El mismo olor fétido que emana de la vida del hombre inglés que diseñó el imperio británico al sur de África, a golpe de piedra en busca del sonido que delata al diamante, y a sangre, la de los miles de indígenas que se topaban en el camino de la ambición imperialista de Cecil. Sin dejar de sostener en sus manos la pancarta escrita en negras letras sobre blanco: ‘exhibición de arrogancia blanca’, encaja mal los insultos que le propinan algunos de los pocos estudiantes, blancos de habla inglesa, que pasan cerca del lugar donde se ha ejecutado un acto de simbolismo contra el colonialismo blanco. El arrojo de mierda humana en los pies de la estatua de Cecil, mientras miradas condescendientes de los que se saben virreyes de la morada, observan desde las alturas de una clase social que mantienen, a pesar de que no pertenecen ya a la nueva élite política. Los cabreados, negros de habla xhosa, por la exhibición del símbolo de la arrogancia blanca en la institución que instruye a la élite de antes y de ahora, son pocos pero se mantienen firmes vociferando contra el símbolo de la ‘tiranía imperialista’ en Sudáfrica. 
La institución universitaria, número uno del continente africano, sigue perpetuando la discriminación racial soñada por Cecil Rhodes. El símbolo del pasado colonial preside la escalinata que asciende al limbo de los dioses blancos, a la sombra de la montaña. No es suficiente con gritar transformación, y repetir la palabra hasta transformarla en negra sobre blanco en los folletos publicitarios de la universidad, invitándote a inscribirte a sus filas de estudiantes. En el 2013, el número de académicos negros en la universidad de Cape Town fue 48 de un total de 1405, a ese monopolio de color blanco se une la del género, no existe ninguna mujer africana negra que sea catedrática. Una universidad dirigida por hombres blancos que se rompen las vestiduras intentando transformar el color de los que mandan.
Los pocos en número son conscientes del peligro de perpetuarse en la invisibilidad. Uno no se planta en mallas negras y casco de minero rosa, cargando mierda bajo el brazo, en protesta por la perpetuación del status quo blanco, sin dejar una senda de miguitas de pan para que algún periodista despistado las recoja. Pocos eran en número, pero no es pequeño su acto simbólico. A pesar del esfuerzo de la seguridad privada del campus universitario para mantener a los cabreados invisibles, bloqueando la senda de miguitas de pan a los periodistas gráficos, la mierda humana se depositó en el lugar simbólico escogido y fue visible.
Cecil Rodhes ya no huele mal. Los hombres blancos que dirigen la institución académica han notificado que el trozo de piedra modelado a semejanza del colonizador británico sigue intacto, y no hay señales residuales del acto simbólico. La universidad de Cape Town ha podido limpiar la mierda en el símbolo que preside su majestuosa escalinata al cielo de los putrefactos dioses coloniales.
- Animales.
- Tus ancestros.