¿La más zorra?

Escrito por Daniel Prieto el .

La más zorra

Las niñas ya no quieren ser princesas, quieren ser zorras. Existe una fiebre competitiva entre las adolescentes por ser la más guarra de todas. Ahora mismo la número uno es Miley Cirus, una especie de actriz y cantante prefabricada que pasó de hacer series para niños a chupar pollas. Esta chica de 21 años, que se contonea semidesnuda en sus videoclips, protagoniza los sueños húmedos de muchos de los niñatos a los que hace poco entretenía con inocencia virginal en el canal infantil de Walt Disney. Es un símbolo del triunfo, un billete de cien millones de dólares viviente. También representa lo guay y lo moderno, elementos que hoy están indisolublemente unidos a la ordinariez. Y es que la buena de Miley pretende ser sugerente y se pone a agitar el culo o a relamerse los labios como una estúpida… ¡ya le gustaría hacerlo como una vulgar ramera!

A Miley también le mandan sembrar la polémica allá por donde va. Hace poco, la muy machota se encendió un porro durante una recogida de un premio en una de esas galas de la MTV. La coña es que se lo sacó de un bolso de esos caros que valen miles de euros, la muy subversiva. Y qué decir de sus canciones... letras cutres sobre lugares comunes tejidos sobre tópicos, aderezadas con unas tristes composiciones de hilo musical.

Nos gusta que nos engañen con la idea de que Miley podría llegar a ser una provocadora nata, incluso una revolucionaria. Ya sabéis: podría ir borracha a una entrevista con Opra, enseñarle las bragas al Papa, tirarse a varios fans en los camerinos antes de un concierto, enseñar el ojete a las cámaras... pero sabemos que eso nunca ocurrirá. Por eso jode que quieran mercantilizar el zorrerío. Porque Miley no es ninguna guarra; reza sus oraciones antes de tomarse su vaso de leche con galletas por las noches y le da un besito a su osito de peluche. Así que, ¡zorras del mundo, uníos contra este intento de apropiación de vuestra figura, conta el expolio de vuestra esencia! Niñas que queréis ser zorras, no seáis como Miley Cyrus, buscad en vuestro entorno más inmediato, las zorras de verdad están ahí, tapadas hasta el cuello y escandalizadas ante tanta indecencia.

 

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