No soy feliz

Escrito por Daniel Prieto el .

nosoyfeliz1

La violencia no es machista ni feminista. Es violencia.

A lo mejor es una tontería, pero no me fío de nada que sale por la tele. Antes sospechaba que todo era una mentira, ahora lo sé. Y nuestros problemas y nuestras guerras y nuestras artes y nuestros logros como Humanidad empequeñecen hasta no tener ningún puto sentido en la inmensidad del cosmos. nosoyfeliz2Estamos a años luz de iniciar el camino. Y además no tenemos ni puta idea del pasado, solo pequeños indicios inconexos. A lo mejor los mayas sabían que en realidad no queda esperanza alguna y decidieron un día, sin más, irse y dejar que todo se lo comiera la selva. Kiko Rivera.

Los ojos blancos que te observan, muy abiertos, desde la oscuridad. Los ojos de la locura y la desesperación. Niños asesinados, la civilización imposible de los summerios, LIttle Richard agonizando, déspotas arropados por mandatarios internacionales y actrices de Hollywood, el sistema que continuará girando, todo atado y bien atado, el concierto de Kiss en Viveiro, torturadores que van a misa los domingos, Bukowski en el matadero, la ignorancia dirigida que se cuela a través de las tablets y los teléfonos móviles de los adolescentes, el Opus dei dirigiendo las universidades españolas, la última película de Tim Burton que es una puta mierda, promociones comerciales que se meten en tu cama, los evangelistas celebrando sus misas cantadas, la censura de nosotros mismos, psicoanalistas argentinos, los bancos dando órdenes y nada más. La literatura agazapada, tras el umbral, esperando a saltarte a la yugular en cualquier momento. Los versos que nunca anotaste. Las palabras que siempre sobran. Tengo la costumbre de leer solo a gente muerta, ya no se le pueden hacer reproches ni tampoco rendir pleitesía… es como más visceral.

A lo mejor es una tontería, pero cuando entro en el garaje miro a ambos lados por si alguien está esperándome para asesinarme. El telepredicador brasileño apenas sabe hablar pero arrastra a la gente a esa especie de frenesí absurdo. Gentuza. Por todos lados gentuza. El mundo, inmenso, es un pedazo de mierda en una copa balón con mucho hielo y una rodaja de limón. Y el diablo le da vueltas esbozando una sonrisa. Y los directivos de todas esas oenegés gastando la pasta en putas que todavía son niñas. Coños y pollas, las únicas certezas.



Las presentadoras que salen por la tele están todas cachondas. Ninguna es fea ni gorda. Y las camareras de la discoteca donde las mujeres entran gratis y los hombres pagamos entrada parecen todas modelos y llevan escotes kilométricos. Las chicas que venden a domicilio contratos con otra compañía nosoyfeliz4telefónica están todas buenísimas. Y las cajeras del supermercado son guapísimas. Las dependientas del Corte Inglés también tienen un buen polvo. Menuda casualidad. Hasta las tertulianas que hablan sobre la cosificación de la mujer y esas cosas están buenas. Me las follaría a todas muertas de dos días.

A lo mejor es una tontería, pero la gente más inútil que conozco tiene los mejores trabajos que te puedas imaginar. Algunos son funcionarios, otros dan cursos de prevención de riesgos laborales, otros son acaudalados empresarios y alguno hasta es concejal. Los cimientos de nuestra civilización erigidos sobre la corrupción y la podredumbre más extremas. Los niños que le chupaban la polla a Tiberio. Gilles de Rais, la mosca en la sopa, Carlos Fabra, volquetes de putas, olor a mierda en el bar, agosto en el polígono industrial. Miriam, Toñi y Desiré. Los soldados israelíes rompiéndole los brazos a esos chavales palestinos con piedras y nos vamos a publicidad.



nosoyfeliz5No soy feliz. Cada día que pasa creo que es un día perdido, desaprovechado. No me llaman amigos constantemente por teléfono para decirme lo maravilloso que soy. No voy a fiestas en Saint Tropez ni a ninguna parte. Aborrezco mi trabajo. No me siento super realizado con nada de lo que hago y mi vida no es una vertiginosa montaña rusa de sentimientos. Odio viajar y casi todas las personas que voy conociendo me parecen unos seres mezquinos y miserables. No sonrío como esa gente que parece saber algo que los demás desconocemos. ¿De qué mierda se ríen? Enseñan su dentadura perfecta que destaca entre las barbas hipster de ellos y los rostros bronceados en solárium de ellas, con las pajitas de sus gin tónics de fresa colgando estudiadamente de la comisura de los labios, con sus aifons en la mesa y sus cerebros vacíos. No tengo Instagram pero estoy pensando en abrirme uno, puedo subir la cagada de cada día, o las mierdas de perro que gentilmente dejan a la puerta de mi casa, o una foto de mi nómina, o mi culo sobre la última portada del Hola, o mis cojones arrugados. Para nada soy feliz. No ando todo el día quejándome ni llorando por las esquinas, pero me resulta curioso que todo el mundo diga siempre todo lo contrario. Siempre tocando los cojones conque “lo importante es ser feliz” y con eso de “yo a pesar de todo soy feliz”. Iros a tomar por culo, panda de majaderos, mentirosos de mierda. Yo soy infeliz. Totalmente infeliz. Infeliz por convicción. No soy ateo ni antimadridista, soy infeliz.

nosoyfeliz7A lo mejor es una tontería, pero cada vez que me acerco al metro o a la parada del bus miro hacia atrás por si algún loco pretende empujarme hacia la muerte. Mi hijo habla todos los días de la muerte, dice que su bisabuelo se va a morir pronto porque es muy viejo. Cuando bajaba las escaleras a la playa de Morazón pensé cuántas veces más las descendería. Pensé que a lo mejor esa sería una de esas imágenes que pasan a toda velocidad por tu mente cuando estás a punto de morir. Creo que haré una última visita a Morazón cuando sepa que la voy a espichar. Procuraré ir cuando haya poca gente y llevarme esa postal al otro lado.

No sé cuántos años tendrías pero recuerdo que fui a tu habitación porque habíamos discutido por algo que ya ni recuerdo. Tú todavía eras un niño. Yo ya era un adolescente. Te pegué con todas mis fuerzas. Quería hacerte daño. Te dejé en tu habitación, llorando. Nunca te pedí perdón. Espero que algún día puedas llegar a perdonarme. Yo aún no lo he hecho.


Imprimir