Cuando perdimos nuestra niñez

Escrito por Ulises 6ïé el .

Conteste a estas sencillas preguntas, y si lo quiere hacer más honestamente dígalas en voz alta.

1.- ¿Cuál es su juego favorito?

2.- ¿Cuándo fue la última vez que pensó en el espíritu de la navidad?

3.- ¿Cómo se llama el héroe que lleva dentro y salvará al mundo?

4.- ¿Cuáles son sus tres comidas favoritas?

5.- ¿Cómo se llama su mejor amigo?

6.- ¿Qué es lo que más le gusta del colegio?

7.- ¿cuál es su superpoder favorito?

8.- ¿Cuáles son sus dibujos animados favoritos?

9.- ¿Se puede oír crecer la hierba?

10.- ¿Cuál es la forma de nube más rara que ha visto o más le ha gustado?

Anote del 0 al 11 cuantas preguntas ha acertado. Después siga leyendo.

Estas inofensivas preguntas le demostrarán si se ha hecho o no mayor.

ninez2En caso afirmativo debería pararse a recapacitar por un momento y entender en que parte del camino perdió una parte de sí mismo, y quizá pueda recuperarla, no se preocupe.

A la primera pregunta es fácil responder, siempre y cuando le quede algo del niño que lleva dentro. Jugar, además de ser un placer, es la mejor forma de aprender sobre el mundo y sus semejantes. Lo más importante de esta vida es divertirse, disfrutar con lo que se hace. Podemos estar llenos de responsabilidades y agobiantes trabajos, pero si no se tiene un momento para pararse y jugar solo por el mero hecho de disfrutar, sin mayor objetivo que el placer y la emoción de una buena partida, no sabrá lo mucho que se pierde de la vida. Le proponemos juegos en grupo, desde adivinar películas hasta un simple pilla-pilla. Nada visceral ni lleno de adrenalina como el póker donde se juega con dinero. Ningún juego que tenga como objetivo recaudar o perder dinero vale para nuestro experimento. El valor del juego debe ser uno superior a la ambición, es volver a aprender la felicidad.

Ya sé que me va a decir, que el espíritu de la navidad no existe. Pero se equivoca, la vida está cargada de puro romanticismo. Magia y esoterismo hacen que todo tenga un sentido multicolor más ilusionante. Igual que el espíritu de la navidad existen los arrebatos de locura que nos llevan a realizar acciones amorosas para sorprender a nuestra pareja, madre o hermana. Renunciar a esta variable de sorpresa, es renunciar a los estímulos aleatorios y habernos vuelto demasiado fríos y calculadores. Hemos perdido la esperanza y el amor por la vida llena de fantásticas casualidades. O quizá no lo sean.

Cuando nos olvidamos del nombre de nuestro héroe o heroína, olvidamos también todo aquello que queríamos hacer para mejorar el mundo. Nuestro carácter altruista. Nos hemos vuelto interesados, y hacemos pocas cosas por cambiar y mejorar la realidad que nos rodea. Debería darse un nuevo nombre de héroe bajo ese alter ego que tiene y empezar a salvar el mundo de nuevo. Hay damiselas en apuros, y bosques que se destruyen debido al malvado Lord maldad y sus secuaces.

¡¡Tres comidas favoritas!!, ¡Esa no era tan difícil! Y usted va y responde algo parecido a…

“yo como de todo y todo me gusta, no solo tengo tres comidas favoritas”

¡Sabe lo que ha hecho? Lo ha racionalizado, en vez de dejarse llevar y responder o simplemente recordar. Los adultos lo racionalizan todo. Miden cuanto hacen y son objeto de las miradas de la sociedad y lo que puedan pensar de ellos. Por eso no hacen nada libremente sino según el qué dirán o pensarán de su comportamiento. ¿De verdad le importa tanto lo que piensen de usted para no hacer lo que le gusta, sino lo que es correcto? A veces lo correcto es hacer lo que a uno le gusta y no lo que la sociedad dicta que se debería hacer.

ninez4Seguramente no tiene un mejor amigo. Probablemente tenga muy buenos amigos. Amigos de la infancia o de hace mucho tiempo y no sepa decir cuál es el que es más de todos. Hemos dejado de tener las ideas claras. Ser preclaros, es fundamental. Saber lo que se quiere y cuáles son sus prioridades. Su escala de valores no es probablemente la adecuada, aunque usted lo crea así. Las cosas importantes de la vida, son las personas que le rodean y no los objetos materiales ni nada que se le parezca. ¿Piensa usted en tener, en hacer y en decir? Quizá debería pensar en querer, sonreír y compartir tiempo.

¿Ha respondido, que usted ya no va al colegio? ¿Qué esta no era una pregunta para alguien de su edad? ¿Qué tiene que ver el tiempo con las preguntas? ¿Acaso no puede recordar o simplemente hacer un esfuerzo por ponerse en aquella situación?

Antes tenía una respuesta clara y eficaz ante esa pregunta, sólo que ahora se ha olvidado de quien era, y se ha transformado en otra cosa. Esta pregunta no pretendían nada más que recordarle que se está olvidando de una parte muy importante y vital de usted mismo. Recuerde y diga ahora que le gusta de ir al colegio, sea capaz de sacar al niño que aún adormece en su interior y tiene esa respuesta a la que usted adulto es incapaz de responder.

Un superpoder, parece una tontería, pero si esta pregunta ha cumplido su función, entonces usted ha pensado en algo que le gustaría tener, más allá de la mera realidad. Le ha alejado por un momento de lo cuadriculado, y le ha hecho soñar. Capacidad que todos tenemos y que es muy importante exportar a menudo para desestresarnos. La capacidad de volar con la imaginación y disfrutar de la vida. Aún no está todo perdido.

¿Los dibujos animados dejaron de gustarle o se ha dado cuenta que gracias a sus hijos los ha vuelto a descubrir? Es un género que nos entusiasma de pequeños, y quizá ahora le estoy pidiendo demasiado si le digo que los vea, incluso aunque los haya para adultos. Pero si al menos es usted de esa parte de la población que alguna vez los ve, entonces, es que probablemente sea usted una persona que conserva un pedacito de inocencia, y disfruta con ello. Ole!

ninez55Cualquier niño, le diría que sí se puede escuchar crecer la hierba en condiciones adecuadas. Todo el mundo lo sabe, es cuestión de atención. No es una pregunta razonable, solo exhorta a su imaginación. Le anuncia que use sus sentidos, su percepción más allá de lo meramente aparente y concreto. Que la imaginación complete la realidad y la vuelva del color rosa, o dicho de otro modo, que tenga una visión positiva de la vida. El vaso medio lleno, independientemente de lo que diga la física sobre el crecimiento del césped.

Las nubes y el cielo, están ahí cada día, no se olvide de mirarlos y disfrutar de todo lo que le rodea con mirada de niño. Da igual que sean flores, nubes o pájaros. Los detalles hacen que la vida sea mucho más intensa y valiosa. Mire a la bóveda estelar y piense en todos los que estamos bajo ella. En sus semejantes en otras partes del mundo, que en ese instante también miran al cielo y observan las nubes y sus formas. ¿Siente esa conexión que nos une a todos? No hay más grande ni más pequeño bajo la bóveda estelar, todos iguales, todos pequeños héroes.

Si la puntuación que le ha dado es un 11, ¡enhorabuena! Ha hecho usted las trampas necesarias y se ha dado cuenta que dos y dos no son cuatro cuando se mira todo con los ojos de un niño. La magia la lleva usted dentro y si ha cambiado el resultado y la cifra final entonces puede que nos quede algo de esperanza y pueda acordarse de quien era usted antes de olvidarse. Descubra sus superpoderes o sus comidas favoritas, tiene un mundo a su alrededor, mírelo con gafas de niño, pídaselas a su mejor amigo o yo se las presto, pero sobretodo, sea feliz.

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