Siria: caza abatido al borde de un agujero negro estratégico-económico

Escrito por Carlo Pizzati el .

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A ver si me entero: un funcionario de la OTAN declara que el caza ruso derribado por la aviación a las órdenes del presidente Recep Tayyip Erdogan ha sobrevolado probablemente el espacio aéreo turco sobre la región de Hatay durante unos 17 segundos antes de que lo echaran abajo. El avión se estrelló a continuación en los montes turcomanos, ya en territorio sirio. Vladímir Putin lo niega. Responde que el Sukhoi Su-24 estuvo siempre sobrevolando Siria y que, por lo tanto, no entró nunca en Turquía. Y que ello acarreará 'trágicas consecuencias'. Algún que otro técnico aventura la hipótesis de que se haya producido un funcionamiento impreciso entre los sistemas satelitares Gps, utilizado por Turquía, y Glonass, adoptado por los rusos, el cual resulta menos preciso por disponer de menos satélites a su servicio. Puede que la verdad no la posean ni los unos ni los otros sino que resida precisamente en el punto en el que confluyen toda una serie de intereses estratégicos y económicos en abierto conflicto.

siriarPor un lado, tenemos, pues, a Rusia que, con Irán, sigue con su estrategia de apuntalar al líder sirio Bashar al-Assad en el intento de enfrentarse al caos reinante dentro y fuera de las fronteras de su país. Los rusos se están vengando del derribo del Metrojet 9268 en vuelo de Egipto a San Petersburgo. Están bombardeando a los turcomanos opuestos a Assad en las montañas limítrofes con Turquía, una vez que éstos se han visto empujados hacia el norte. Rusia también golpea a los rebeldes sirios financiados por Washington. Vuela por esos cielos peligrosos arriesgándose, como parece que haya podido suceder recientemente, a enzarzarse en combate con los cazas estadounidenses. Tal y como en una de las peores pesadillas de la Guerra Fría, cuando, en 1952, un avión americano abatió cuatro Mig de la Unión Soviética en espacio aéreo coreano.

siriatPor otro lado está Turquía, que derriba cazas sirios y ahora también a ese caza ruso que se habría extralimitado durante pocos segundos. Una Turquía que quiere echar a Assad a cualquier precio. Que les permite entrar y salir de sus confines a los rebeldes sirios, incluídos los islámicos fundamentalistas violentos (quede claro que hay también fundamentalistas que no matan). Hablamos del mismo país en uno de cuyos estadios, durante el minuto de silencio por las víctimas de París, alguno gritó "¡Allah hu akbar!". La misma Turquía que bombardea allá donde se encuentren los separatistas kurdos, considerados terroristas porque quieren constituir un Estado kurdo reconquistando territorios entre Siria e Irak. La Turquía que le pide ayuda a la OTAN para, entre otras cosas, defender a esos turcomanos que, luego, se encargarían de derribar uno de los helicópteros rusos enviados para intentar rescatar a los pilotos del caza golpeado por los F-16 turcos.

siriaotY, a todo  esto, ¿qué hace Europa? El presidente François Hollande, haciendo gala de un reflejo gaullista, no le ha pedido, en cambio, ayuda a la OTAN tras los atentados de París sino que ha preferido invocar el tratado de Lisboa de la Unión Europea. Quiere el francés disfrutar de su independencia, disponer de un auténtico margen táctico de maniobra. Así que Hollande se ha ido a Moscú donde espera llegar a un acuerdo con Putin, con independencia de lo que piense un presidente Obama que no acaba de estar en buenos términos con Putin tras la anexión de Crimea y porque, además, se ha  mostrado siempre contrario al apoyo dispensado por los  rusos a Assad.

Recapitulemos. Tenemos, por un lado, a Putin apoyando a Assad  en la  tarea de  aplastar a los rebeldes que no tienen porqué ser siempre fundamentalistas islámicos violentos y entre los que se pueden, por ejemplo, encontrar los turcomanos defendidos por Erdogan. Y, por otro lado, está  Washington  y ahora  también Francia que se quieren cargar a Assad y combatir al Daesh apoyando a  los rebeldes. Entre otras cosas porque, tanto Estados Unidos como Francia, están convencidos de que Assad es una especie de aliado secreto del Daesh, es decir, de Isis o, lo que es lo mismo, el Isil, el Estado Islámico, vamos. Para que nos entendamos, los asesinos rebanacuellos y los fanáticos suicidas del Califato. Bombas y más bombas sobre  toda esta gente con lo que ello conlleva de mareas de refugiados en fuga.

Y, si este caos no fuera bastante, basta recordar las luchas  sectarias entre chiíes y suníes, entre árabes e iraníes, entre seguidores de Hezbollah financiados por Irán y milicias sostenidas por los Países del Golfo, sin olvidar el frente en el que compiten los yihadistas de Al Nusra de Al Qaeda con el propio Daesh. Tal y como se lo cuento a Vds. y  para acabar de siriairenredarlo todo.  La verdad es que no sé si se puede añadir más confusión en el  tablero. Rusia pro-Assad por un lado; EE.UU. y Turquía pro-rebeldes por el otro; Francia  que pasa de la OTAN e intenta firmar un acuerdo en el que esté incluída Rusia, por el de más allá. Esto podría acabar bien. Pero también mal; muy pero que muy mal.

Pero veamos si podemos sacar algo en claro de las reacciones cuantificables que se desprenden del derribo del caza ruso: el precio del petróleo ha sudibo, las acciones y la moneda turca se han precipitado. Aspavientos diplomáticos, amenazas por parte de turcos y rusos, llamamientos a la calma del lado de EE.UU. y la OTAN. Acusaciones de Putin a Turquía: "Se trata de una puñalada por la espalda de los cómplices del terrorismo". Anuncios de que se reducirá el turismo ruso y que menguarán las relaciones comerciales entre Rusia y Turquía.

A propósito, tampoco se puede excluir que, bajo el incidente del caza derribado, subyazga el asunto del fallido acuerdo sobre el gasoducto Turkish Stream que, desde Rusia y evitando Ucrania, debería llegar a Europa a través del Mar Negro, Turquía y Grecia. Erdogan ya lo dijo el pasado mes de junio: "El  descuento del 10,25% que nos ofrece Gazprom nos parece insuficiente. Tiene que ser del 15%."

siria2El conflicto sirio se asemeja en estos momentos a  un agujero negro capaz de tragarse todos los demás  conflictos y vomitar incendiarias chispas de guerra. Mientras que la capital europea, Bruselas, está paralizada por una caza al terrorista, cuando los muertos de París, de Beirut y del avión de turistas con más de 200 rusos a bordo deberían haber limado asperezas entre Europa, Estados Unidos y Rusia, nos encontramos que, en lo que se refiere a la guerra más importante del momento, cada uno arrima el ascua  a su sardina. Como si no viviésemos en un 2015 globalizado, como si no hubiese un enemigo común que  ahora nos quiere arrastrar a todos a un tipo de guerra más difusa pero, sin duda,  más amplia y todavía  más compleja.

A menos que todo se resuelva a través de un bonito descuento por parte de Gazprom o, por fin, con algún satisfactorio do ut des [ndt: intercambio de favores] que ponga a todo el mundo de acuerdo en torno au un constructivo aunque improbable compromiso.

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