Pene jovial

Escrito por Francesca G. el .

- Siéntate ahí y hazme el favor de pasar todas esas facturas al ordenador. Y rapidito, que mañana las tengo que llevar al gestor.
- Sí, Aurora, ahora mismo.

Mojigato, qué obediente eres. Podría mandarte que me pintaras el despacho y tú obedecerías sin rechistar. Qué sumiso eres. Nunca había tenido un empleado así. Quieres mantener tu puesto y harías lo que fuera para ello. Esto despierta en mí una idea sucia de poder. Igual podría obligarte a satisfacerme sexualmente. Obligarte a darme placer. Y tú obedecerías como un inocente borrego.

Con ese cuerpo perfecto, casi imberbe. Solo 22 añitos, tan pulcro, tan virginal. Con ese cuerpo joven, limpio, trabajado en el gimnasio. ¿Cómo tienes ese aspecto de macho peleón y eres tan sumiso? Pobre, tu situación me beneficia. Voy a ser tu jefa aprovechada. ¡Uy, lo siento por tí!

Te saco una década y estoy en perfectas condiciones físicas para hacer que tu obediencia sea placentera. Ven, pequeño, tu jornada laboral tendrá doble beneficio por las horas extras. ¡Joder, es que a todo me dices que sí!. Estudiar una carrera solo para acatar órdenes, pobre muchacho. No sabes que detrás de esta jefa desquiciada, ordenada y severa se esconde una solterona ardiente, y que no ha sido penetrada en años. Por desgracia nunca había estado bajo mis órdenes un pene jovial como tú... ¡Ardo en deseos de dominarte y obligarte a satisfacerme!

- Rubén, ¿no tienes vida propia?
- Sí, ¿por qué?
- Porque estás aquí todo el día, trabajando para mí.
- Sí, jefa, sí que la tengo... pero este trabajo es muy importante para mí...
- ¡Ah! ¿Sí? ¿Cómo de importante?
- Mucho, jefa.
- ¿Podría pedirte lo que sea?
- Sí, jefa, lo que sea...

- Vale... pues mañana a las nueve vente a mi casa, que tengo un trabajito para tí, y más te vale hacerlo bien. Confío en que llegarás muy lejos en esta empresa...
- Mañana tengo cena familiar.
- ¿Sí? ¿A tí no te enseñaron las prioridades laborales, Rubén? Te espero a las nueve, confío en tu compromiso profesional.

pene3Nunca me había visto en este papel, la jefa maciza de la empresa rodeada de súbditos todo el día. Podría tirarme al que quisiera, puesto que todos son hombres, machos salidos con ganas de castigar sexualmente a la zorra de su jefa... pero me pone el hecho de comprometer al único empleado imberbe e inocente de la plantilla. Rubén, tan inmaduro... tan obediente, te deseo solo a tí. ¿Se puede ser virgen a esa edad? El hecho de pensar que sí me excita... Viene de una familia extremadamente religiosa, podría ser. ¿Pasivo-Agresivo? Y mira que es guapo. ¡Qué pena, no podrá asistir a su reunión familiar! Tiene una reunión muy importante con su jefa.

"¡Ding, dong, es la puertaaa...! ¡Qué puntual es el pardillo!"

- Hola, Rubén. ¿Has podido anular tu reunión?
- Sí, jefa... ¿cómo no?
 
Estoy segura de que se le pone dura que le haya obligado a venir fuera del horario laboral. El querubín con gafas, pajillero y virgen, ingenuo pero pervertido, ha sido citado en la casa de la zorra, de la jefa cabrona cuyo objetivo máximo es joder a todos.

- Muy bien, Rubén. Has tomado la decisión correcta. ¿Sabes por qué estás aquí?
- No, jefa.
- Sí, si que lo sabes...
- No, no lo se.
- Sabes que tengo un papel muy importante en la empresa, ¿verdad?
- Sí, lo se.
- ¿Siempre eres tan educado?
- Sí, señora.
- Vale, pues te voy a explicar por qué te he hecho venir. ¿Siempre obedeces órdenes, Rubén?
- Sí, jefa, siempre.
- Perfecto. Pues bien, quiero que hoy me satisfagas. Quiero que cumplas todas las órdenes que te de. Quiero que hagas que me corra una y otra vez. No estás aquí para disfrutar tú, sino para complacerme a mí. ¿Entiendes, Rubén?
- Sí, señora, lo entiendo.
- Muy bien, vas a ser mi esclavo. ¿Estás de acuerdo?
- Sí, jefa, lo estoy.

Viene duchadito y afeitado, y muy guapo, lo cual me hace pensar que no le disgustará la idea de complacerme.

- Bien, no olvides que soy tu jefa. Y que si no haces bien tu trabajo, perderás el puesto. Así que esfuérzate, chiquito...
- Sí, señora, pondré todo mi empeño en satisfacerte...
- Correcto, Rubén. Quiero que me cojas de la cintura, como si fuera el amor de tu vida. Que te acerques a mí y me beses despacio, con ternura, con miedo, con adoración. Que te acerques a mí y me acaricies y me beses como si fuese tu único y último beso a una hembra... quiero que me hagas sentir la mujer más deseada de la Tierra. ¿Podrás hacerlo?
- No solo podré: lo deseo...
- No hables, solo contesta sí o no...
- ¡Sí, si, jefa, lo haré!
- Bien, puedes empezar.

pene2El niñato está encantado, me besa con mucho esmero, despacito pero apasionado. Noto su excitación junto a mi pélvis. Solo me besa y me acaricia la cara y el cuello. Sus manos se acercan a mi pecho.
- No me toques si yo no te lo ordeno, Rubén.
- Perdona, jefa.
- Sigue besándome. Cómeme el cuello, venga, sigue.
- Sí, jefa.
- Ahora ya me puedes tocar el pecho. Vamos, tócame las tetas. Mete tu mano por dentro, por encima del sujetador. Tócalas. Disfrútalas. Susúrrame al oído lo mucho que te gustan. ¿Cuánto tiempo llevas deseándolas? Dímelo...
- Desde que te ví las deseo.
- ¿Cuánto?
- Mucho, jefa. Solo pienso en tocártelas, comértelas. Meter mi polla entre ellas.
- Sí, Rubén, sóbalas, venga, quítame la camisa... el sujetador, bésalas, apriétamelas, Rubén, cómetelas, eres mío, venga, cómete mis pezones... chúpalos. ¡Dios, me encanta! Haz todo lo que sepas con ellas...
- Sí, jefa. Son las tetas más bonitas que he visto en mi vida. Me encantan. Gracias por dejarme comértelas, estoy muy excitado...
- Cállate y lame. "¡Ufff, este yogur sabe calentarme!". - Venga, ve bajando, bésame el vientre... acércate a mi coño, dame mordiscos, baja, baja... ahora dame la vuelta, ponme boca abajo y bésame empezando por el cuello, la oreja, toda la espalda. Lo estás haciendo muy bien. Apriétame el culo, muérdemelo. Dame la vuelta. Bésame por debajo del ombligo. Lame, Rubén. Lámeme todo el cuerpo.

- ¿La tienes dura? ¿Te pone tocar a tu jefa? Dime, Rubén.
- Sí, ama, la tengo muy dura.
- Ahora quiero que me chupes el coño. Tienes que aprobar este examen, Rubén... Hazme el amor con la lengua, arriba y abajo por mi agujero. ¿Te gusta? ¡Venga, inocente, ábreme las piernas y disfruta del manjar, lámelo despacio y apretando como una tapa de Natillas. Aprieta más, ahora el clítoris. Tócame las tetas a la vez... no lo estás haciendo nada mal. Ahora los dedos, quiero correrme en tu boca... sigue, vas bien, estoy a punto. Mete tus dedos en mi boca, como si fuese tu polla, ahoga mis gemidos. Dáme, Rubén, regálame un orgasmo... síiii... voy a correrme... sí, Rubén, mi coño palpita en tu boca, los pezones se me salen de la piel... ahhh...aaaahhhh!!!

...buen trabajo, Rubén. Ahora bésame y tápame. Mañana a las ocho empezamos.

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