No tardes mucho

Escrito por Lorens Gil el .

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Otro par de golpes más y ya estará listo. Ya queda poco. Picar esta zona de baldosas ha sido relativamente fácil. La pared de hormigón de la otra habitación sí que fue más cansado. Apenas avanzaba y me costó varios días, a pesar de usar el pistolete. Quedan muchas cosas pendientes por hacer. Sin embargo, la abuela se encargó de que las pocas obras que se hicieron fueran de calidad y duraderas. Hoy, como debía hacerlo con más precisión, he utilizado cincel y martillo. Aun así, acabaré en breve.

En medio del ruido de los golpes, el estruendo que se oye cuando dejo las herramientas en el suelo marca el final de la jornada. Respiro aire profundamente, todo lo que puedo, porque el polvo en suspensión ocupa toda la estancia. Ni siquiera me había dado cuenta.

notardes2Me quedo mirando los escombros en el suelo. Lo cierto es que no hay tantos como otras veces porque he separado la encimera de mármol y voy a tratar de recuperar las baldosas que decoraban el mostrador para recubrir la pared. Me tumbo en el sofá. Estoy agotado.

En otros tiempos, este lugar había sido muy concurrido por las mujeres del pueblo que venían a hacer la compra. Me han contado que el abuelo Jorge siempre tenía una sonrisa en la boca y que daba gusto verle quitar las espinas a la merluza y cortar el bacalao. ¡Cómo me hubiera gustado haberle visto a mí!

No imaginaba que hoy iba a ser tan difícil. Llevo varios meses trabajando para remodelar la tienda. Normalmente estoy solo, a pesar de que mi madre sabe perfectamente lo que estoy haciendo, nunca había querido venir a verlo. Esta tarde, después de comentar en la comida que iba a quitar el mostrador principal, ha decidido venir. Y se ha derrumbado. Y me he derrumbado.
Mi madre se quedó inmóvil en la zona de la izquierda. Ahí es donde estaba la balanza y la máquina registradora. Ahí es donde ella estaba mientras atendía a las clientas. Se acordó de los piropos del abuelo a las clientas, del murmullo de las conversaciones mientras esperaban su turno, de Lucía, que siempre venía a primera hora, antes de que el resto dejara a sus hijos en el colegio, porque pensaba que siempre chismorreaban sobre ella. Recordó a la Loli, que vino un día con un sombrero de plumas que iba a llevar al bautizo de su sobrino y lo quería enseñar, y a Martina, que siempre se quejaba de que el abuelo limpiaba mejor las sardinas a otras mujeres que a ella y, a pesar de ello, pedía casi todos los días.

Noto las manos calientes y me quedo mirándolas. Siento cómo la sangre va recorriendo los dedos con el impulso de los latidos. Están hinchadas, especialmente los dedos de la mano derecha, que estaban ya doloridos. Ahora, definitivamente, necesitan reposar. Respiro profundamente de nuevo para tratar de recoger el poco oxígeno que pueda quedar en la sala.

notardes3No quiero abrir las ventanas para ventilar. No me apetece que la gente vea lo que estoy haciendo, derruir los recuerdos de una época. La alternativa no era mejor. Este sitio llevaba cerrado años, décadas mas bien. Tampoco sirve de nada que siga así eternamente. Creo que los abuelos estarían orgullosos de que se le volviera a dar vida de nuevo.

A medida que va pasando el tiempo, los avances comienzan a apreciarse a simple vista. Durante estos meses mi vida ha dado un giro completo. Por razones de salud he cambiado mi lugar de residencia y he regresado con mi familia sin ni siquiera tener tiempo de reacción para despedirme de mis amigos, compañeros de trabajo y del equipo de fútbol, ni de mis hábitos para estar sumido en una rutina de incertidumbre, tristeza y hospitales. Estas paredes han sido, paradójicamente, una vía de escape para salir de ese trayecto que recorría cada día por calles fantasmas.
Tampoco tengo intención de regresar a mi vida pasada. La intensidad de esta etapa ha marcado una brecha lo suficientemente profunda como para hacerme replantear de nuevo mis prioridades sobre la vida. He tenido retos personales que ya he superado. No necesito seguir poniéndome a prueba. El hecho de echar horas extra prácticamente todos los días en el trabajo o de ser especialmente estricto con practicar deporte de forma regular, no era sino una forma de ocupar el tiempo físico y el vacío personal de estar solo lejos de mi entorno, que es lo que realmente me hace feliz.

notardes4Me siento profundamente afortunado de estar cerca de nuevo de las personas que aprecio, especialmente en los momentos en los que sé que necesitan mi ayuda. Hoy podría retomar los mismos hábitos para recuperar ese sentimiento de estabilidad que me provocaban. Por el contrario, estoy preparado para practicar otros deportes, descubrir nuevas aficiones, crear una nueva realidad y tener la oportunidad de compartirla con alguien especial que me complemente.

No tengo planes de utilizar este espacio para ninguna actividad en concreto, ni un plazo definido para acabar todo esto. Me gustaría que volviera a ser un lugar de reunión, pero más familiar. Se puede aprovechar la pared alicatada para colocar una cocina americana y, en el lugar del mostrador, colocar una mesa amplia para poder organizar reuniones con la familia y amigos.

En medio de estos pensamientos, me incorporo rápidamente del sofá de un impulso. Examino el lugar con calma y me siento de nuevo, esta vez a un lado. Cierro los ojos y escucho a los niños jugando. Tan sólo un instante más tarde, suena el teléfono:

- Cariño, ya es tarde y aún no has venido. ¿Va todo bien? No te olvides de traer la manta morada. Esta noche han dicho que va a hacer frio. No tardes mucho. Te espero.

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