Las mareas
Hay días hermosos y días terribles. Mañanas que amanecen luminosas, vivas, transparentes y otras que se levantan oscuras, apagadas, turbias.
En los días terribles, Almost blues, el sol no ilumina mi alma y el mundo se revela insondable, hostil. Una sombra negra cae sobre mí y se apodera de todo. Arrasa mi interior, como un tsunami, arranca lo mejor de mí y deja un rastro de desolación a su paso. Estos días existen desde que tengo memoria. Son como un virus. Llegan, infectan mi organismo, se reproducen... y no hay antivirales patentados, sólo el tiempo y la experiencia me han enseñado a tratarlos. Hay que dejarlos pasar. Como vienen, se irán. Mientras tanto, mi sistema inmunológico se defiende como puede, con mis propios remedios caseros, mis estupefacientes naturales.