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Los regalos spanish a Obama

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Cuando Barack Obama anunció que venía a España, nuestros representantes políticos se hicieron al unísono una pregunta: “¿¡Qué le regalo yo a éste?!”. Y es que, como diría Rajoy, la tarea de encontrar el souvenir perfecto para el mismísimo Presidente de los Estados Unidos “no es cosa menor, dicho de otra manera, es cosa mayor”.

A pesar de que Felipe de Borbón habría preferido una Playstation, en su pedida de mano doña Letizia le regaló una edición antigua del libro ‘El doncel de don Enrique el Doliente’, de Mariano José de Larra. Aún traumatizado por el presente e inspirado en gran medida en él, decidió que le regalaría a Obama una obra más conocida, ‘El Quijote’, para que hubiese oído hablar de ella al menos una vez -y no como le pasó a él-. Encuadernado artesanalmente en piel, este obsequio acabará ejerciendo de pisapapeles en alguna de las estancias de la Casa Blanca. Quizá a sus hijas les dé por leerlo en algún gap year, quién sabe.

El Presidente del Gobierno en funciones hizo como cualquier au pair que se precie hace con su host family: comprar un producto español. La gran diferencia con las niñeras es que Rajoy puede regalar el jamón entero, el jamonero y el cuchillo, y no un simple envase al vacío. ¡Que se note que tenemos ahorros, aunque tiremos de hucha! Lo siento, Mariano, pero el regalo es bastante mejorable, por no decir una basura. Esa pata negra queda mejor en mi casa, que los Obama no saben siquiera colocar el jamón en el jamonero. Bendito show digno de Ellen Degeneres o Pablo Motos van a montar.

The-Lincolnn-BrigadeComo no era lógico regalarle una serie a un habitante del país de la HBO, Pablo Iglesias se decantó por un libro que sabía que Barack se moría por leer: ‘The Lincoln Brigade. A picture history'. Llevaba tiempo pidiéndolo en la Fnac, incluso de la intriga ya no era capaz de dormir. Lo bueno es que el obsequio de Iglesias encima venía firmado y dedicado por él, que eso siempre hace mucha ilusión. Pero… ¡con dos erratas! Así no, Pablo. Ante la duda, podías haber utilizado el Google Translator o recurrir a un simple y llano “For you”.

Me imagino a Barack en su Air Force One rodeado de sus obsequios made in Spain y con cara de “it’s very difficult todo esto”. Normal que Sánchez y Rivera prefirieran pasar, porque para quedar mal mejor no regalar nada. ¡Cómo se nota que son el cambio sensato! Desde luego, es una pena que a estas alturas de la historia el oro, el incienso y la mirra ya no estén de moda, porque habrían sido ideales para cortejar al Nobel de la Paz. ¡Si es que ya no se hacen regalos como los de antes!

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