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Gracias

Estoy sentado en un sofá del salón de mi casa con una mantita sobre las rodillas, el portátil en mi regazo y la cabeza de mi perro que porfía en impedir que escriba con la mano izquierda. Le remango, una vez más, la oreja para que me deje pulsar la tecla de las mayúsculas y me pongo a pensar cómo y cuándo todos y cada uno de los colaboradores de La Noche Más Oscura se las componen para colocar una nueva piedra en el edificio que comenzamos a construir hace un año.

En mi familia, cada vez que mi hermana y el que suscribe hemos cumplido años, nuestros padres no han dejado de recordarnos las circunstancias en las que venimos al mundo, de modo que, se podrán figurar Vds. que tal relato nos lo hemos aprendido de memoria. Prometo no resultar tan reincidente en la tarea de recordar cómo llegué a La Noche Más Oscura pero Vds. comprenderán que, en su primer aniversario, no puedo eludir este deber. Pido, por anticipado, disculpas a los padres de la criatura si, en mi empeño, revelo algún dato que ellos pudieran considerar indiscreto.

gracias2Mar ha sido alumna mía durante varios cursos. Su promoción inicial fue una de las mejores que he conocido. Ella responde al tipo de alumno que todo profesor quisiera tener en el sentido que estuvo siempre más preocupada por aprender y participar que por obtener una certificación. Colaboró profesionalmente en la celebración del Centenario de las Escuelas Oficiales de Idiomas, allá por 2011 (¡cómo pasa el tiempo!) y se desvinculó de la Escuela por motivos de incompatibilidad de horarios. Desde el primer momento en que comprobamos que nuestra relación podía ir más allá de la de profesor-alumna, siempre me habló de Paco como de alguien con quien yo me podría llevar muy bien. La relación académico-profesional avanzó y Paco no por frecuentemente mentado dejaba de antojárseme un inasible ectoplasma. Hasta que Paco, para gran sorpresa de Mar y contento mío, se avino a asistir al concierto de actuaciones de piezas clásicas ofrecidas por los alumnos de los Conservatorios de Madrid en el marco del susodicho Centenario.

En ese mismo momento quedó demostrado que Mar era una persona intuitiva, que acertaba en sus previsiones y que la intuición iba a empezar a cobrar un protagonismo mayor en el devenir de los acontecimientos.

Paco no ha sido alumno mío y no hemos vivido situaciones presenciales acuciantes memorables, de esas que retratan a los individuos y les impiden fingir lo que no son.  Vestimentariamente tenemos poco que ver. Expresivamente, creo que soy más contenido. Los dos somos dos grandes curiosos y nos gusta escuchar. No nos gustan las etiquetas. Congeniamos.

gracias8Un fin de semana de junio de 2013, Mar y Paco se plantaron en mi domicilio. Yo estaba trabajando en el campo con el traje de 'pohíto' (extremeñismo que indica que las prendas que me cubrían tenían, como mínimo, veinte años y no estaban conjuntadas). Los invité a tomar el té. Conocieron a mi madre, a Wengué, a Carolina (la tortuga que preside mi 'rincón' en LNMO) y me hablaron de La Noche Más Oscura. Recuerdo perfectamente que el proyecto que nos acomuna ya tenía nombre. Ellos ya sabían cómo se iba a llamar la criatura antes de engendrarla y les preocupaba que las normativas legales en la Red nos prohibieran tal denominación. Me hablaron de casi todo lo que Vds. están viendo ante sus ojos como si más que de un proyecto se tratara de una premonición. Conociendo profesionalmente a Mar, sabía que, formalmente, el trasunto obedecería a una impecable ejecución. Aprovecho la ocasión para certificar que detesto la zafiedad.

Pensaban, pues, en mí como en uno de los colaboradores de LNMO intuyendo que yo les podía aportar algo que ni yo mismo sospechaba. No me supieron decir qué. Me hablaron de total libertad en la expresión y de alguna que otro compromiso asociado (colaborar en secciones fijas y en un relato encadenado). El problema, para mí, era que, entre otras cosas, yo nunca había escrito nada en español amén de algún poema de amor no entregado. Tampoco soy un asiduo lector en la lengua de Cervantes. Me ha gustado mucho leer novelas picarescas, las críticas de flamenco y las crónicas taurinas de Joaquín Vidal porque pienso que en esos ámbitos se refugian buena parte de las esencias de nuestro idioma, aquello que, precisamente, lo hace intraducible. Como consecuencia, tampoco tenía yo un estilo de escritura. Me lo he tenido que inventar a medida que he ido contándoles cosas en LNMO.

De repente, cuando todo parecía que LNMO iba a acabar en el cajón de los sueños rotos (como diría Sabina), en enero de 2014, me comunican que, por fin, saldremos. Redacto 'Casillas' y Mar me da las  gracias, añadiendo que era 'exactamente' lo que esperaban de mí. Pues, ¡adelante con los faroles!

Parir una colaboración (pues, en mi caso, se trata de una especie de parto de los montes) es una cosa. Parir quincenalmente es otra bien distinta. Un reto. Uno se pregunta  si sabe lo suficiente como para interesar a los demás o teme que se le pueda agotar un día la inspiración. Escribir para LNMO es asumir un compromiso consigo mismo y con los demás. Es desnudarse en público (algo que no me es ajeno ya que soy profesor de idiomas de alumnos cansados tras una dura jornada) y es, sobre todo, darse cuenta de lo insuficientemente que piensa uno las cosas hasta tanto no se ha puesto a plasmarlas sobre la nada de una hoja en blanco. Como me decía Paco el otro día, no es lo mismo reflexionar con la palabra dicha que con la escrita. El texto escrito da más cancha y exige más rigor.

gracias4Mis intervenciones en LNMO cumplen con el objetivo de asir mi presente en su abrumadora totalidad como me lo pueda brindar trabajar manualmente la tierra o pasear por el monte con mi perro. LNMO propone ficciones y trasuntos de realidad, muy accesoriamente de actualidad. Este necesario enfoque convierte a LNMO en un caleidoscopio de visiones personales sobre nuestro tiempo, sus paradojas, sus miserias, sus deseables promesas. Leyendo a los Noctámbulos y a los Sonámbulos me llegan verdades (pues hay muchas) que para mí tienen tanto o más valor que las que salen de las plumas de los más reconocidos escribientes.

No quisiera omitir a estas alturas de la presente parrafada la satisfacción que me ha reportado conocer por sus obras a todos y cada uno de mis compañeros de LNMO. Estoy especialmente orgulloso y feliz de comprobar cómo nueva voces que yo ya apreciaba se han ido sumando al proyecto que compartimos. Un profesor no puede conocer mayor dicha que la de comprobar que, sin especial o -incluso- ninguna insistencia por su parte, sus alumnas (nunca mejor dicho) se van subiendo a carros que las llevarán, sin duda, a alguna parte. Adonde ellas quieran.

Gracias, pues, a Mar, a Paco (muñidor de tantas complicidades), a Ainara, a Ana, a Carmen, a Dani, a Estela (avasallador arranque), a Eva, a Francesca, a  Lorena, a Rodrigo, a Eva y a Willian (creo que se escribe así, con 'n' al final). Gracias por enchufarme a la vida.

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