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Piroverano

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¿Saben Vds. lo que se siente cuando una pavesa se cuela en el ojo? Yo no. Afortunadamente, pues mi compañero de viaje me cuenta que se experimenta un ardor intenso que hay que enfriar con copiosos enjuagues lo antes posible.

Son las siete de la tarde de un doce de agosto en Coímbra y el cielo se ha vestido de un negro zaíno del que llueven pavesas. A ambos lados del Mondego, el distrito se quema. Las llamas están tan sólo a un puñado de kilómetros de la tercera ciudad de Portugal, sede de su Universidad más prestigiosa. Una vez más, como no tengo cobertura con mi teléfono móvil de tecnología 2G (los no inteligentes), echo mano del dispositivo de mi habitación y llamo a mi madre para tranquilizarla. piroverano2Hoy tampoco me ha pasado nada. Veremos mañana. De hecho, parece que, aquí, el único que pueda estar nervioso soy yo: algunos turistas se paran un rato a contemplar el ocaso anaranjado que recorta la silueta del gigantesco monasterio de Santa Clara poco antes de que se mude abruptamente en esa negrumbre que acecha; otros, más avezados, se protegen los ojos de las pavesas mientras que los conimbricenses siguen a lo suyo, que no es precisamente aquello que devora su agro.

Hoy decidí no salir a explorar los alrededores. Hasta la fecha, el fuego ha devorado 176.000 ha portuguesas, lo que representa el triple de la superficie arbolada que suele quemarse cada verano y un tercio de todo lo que se ha quemado en el continente europeo. El verano promete ser largo y seco: el 80% del territorio luso padece una sequía severa.

Y digo bien que, en lo que ya sé que será mi último día de vacaciones, no me he aventurado por los pagos que rodean Coímbra porque ningún recorrido me ofrecía garantías. Por supuesto, olvídense de imaginar cualquier actividad de senderismo. En caso de incendio (harto probable), no tendrán Vds. piernas ni corazón suficientes para huir de las llamas. Tal y como están las cosas, el automóvil o la motocicleta se antojan la única vía de escape (interpreten este último término como les plazca) pero hoy no estaba la cosa ni para circular por la red viaria gratuita. Ayer, de vuelta de Aveiro, nos cortaron, incluso, la A1 y la A13, la principal autopista de Portugal y una autovía de más reciente creación.

piroverano3Me pongo a escuchar Antena 1 y tengo la suerte de dar con una entrevista de María Flor Pedroso a Jorge Paiva, biólogo, botánico y naturalista de referencia en el país de al lado; toda una institución a sus 83 años. El entrevistado, al que han convocado para reflexionar sobre este acusado episodio de incendios, que el denomina piroverano, apunta sobre sus causas: la supresión de los servicios forestales, la ausencia de un plan de ordenación del territorio no urbano, la deshumanización rural (el especialista prefiere este término al de despoblamiento), el hecho de que el 98% de los bosques portugueses estén en manos privadas, los monocultivos silvícolas (especialmente ignífilos los del eucalipto y el llamado pino bravo), la proliferación de especies invasivas como la acacia, la ausencia de cortafuegos, la no especialización de las fuerzas (bomberos voluntarios y soldados) que combaten los siniestros, la prioridad dada al gasto en medios de combate (aéreos, automóviles) y no a la prevención, la ineficacia de los servicios policiales a la hora de capturar a los pirómanos, la lentitud de la justicia y la vigencia aleatoria de determinadas condiciones climáticas.

Siempre me gustó Portugal porque en esa tierra he encontrado muchas de las características de una España que conocí y que va desapareciendo, lo mejor de la España de ayer. Esperemos que la España del mañana no se le parezca.

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