Gitanos rumanos
Podéis coger toda esa bondad que decís llevar dentro de vuestros corazones y usarla para alojar en vuestras casas a todos esos vagabundos que hay por la calle. Podéis dejar de fumar porros y dedicaros a plantar bonsais porque eso no daña el medio ambiente. Podéis decirle a ese cantautor de vuestro barrio lo maravilloso que es y animarlo a que siga con sus canciones de mierda. Podéis convertiros sin rechistar al sintoísmo, al Islam o al budismo simplemente porque alguien os lo pida. Podéis ver Operación Triunfo sólamente para tener algo de qué hablar con ese compañero de trabajo medio retrasado.
Podéis alimentar y cuidar a todos esos yonkis y a todos esos enfermos de sida de los que nadie quiere saber nada. Podéis cederle vuestro asiento del autobús a esa señora gorda y asquerosa porque suyo es también el Reino de los cielos. Podéis seguir votando cuando haya elecciones porque nuestros políticos trabajan para hacer de este mundo un lugar mejor y más igualitario. Podéis cambiar vuestra forma de pensar y dejar abierta la posibiidad de que los venezolanos también sean seres humanos.
Podéis alimentar y cuidar a todos esos yonkis y a todos esos enfermos de sida de los que nadie quiere saber nada. Podéis cederle vuestro asiento del autobús a esa señora gorda y asquerosa porque suyo es también el Reino de los cielos. Podéis seguir votando cuando haya elecciones porque nuestros políticos trabajan para hacer de este mundo un lugar mejor y más igualitario. Podéis cambiar vuestra forma de pensar y dejar abierta la posibiidad de que los venezolanos también sean seres humanos.Podéis dedicar los sábados a ir por los asilos dando de comer a los viejos a los que ya nadie va a visitar, o simplemente hacerles compañía. Podéis regalarle todo vuestro dinero a los necesitados. Ya que sois tan buenos podéis seguir siendo socios de Intermon Oxfam para que sus altos cargos puedan seguir yendo de putas cómodamente. Podéis ofreceros para gestar en vuestros óvulos a bebés retrasados para demostrar que no tenéis nada en contra de los retrasados. Podéis donar vuestro semen para mujeres del Isis que quieran inseminarse artificialmente para demostrarles a nuestros hermanos islamistas que nos les guardamos rencor. Podéis dejar de comportaros y de hablar de forma sexista aunque eso signifique dejar de expresaros y de existir. Los hombres, para demostrar vuestro compromiso con el matriarcado, os cercenaréis el pene y lo convertiréis en una hermosa y femenina vagina con la que demostrarle a la sociedad vuestro hermoso compromiso. Podéis compraros un disco de Antonio Orozco y metéroslo por el culo.
También podéis sentir mucha ternura cuando cojáis en brazos a ese bebé chino que no podríais diferenciar de cualquier otro bebé chino. Podéis regalarle vuestro Audi a ese chaval que acaba de sacarse el carné solo por ver esa sonrisa de gratitud reflejada en su rostro, porque no hay dinero que pague esa sonrisa. Si sois tan increíblemente bondadosos podéis dejar que os sodomice alguien que creáis que lo necesita, sin esperar nada a cambio. Podéis dejar de ver fútbol y empezar a ver toda la filmografía de Isabel Coixet… o de Antón Reixa… aunque esto quizás sea un poco excesivo porque nadie podría soportarlo. Podéis dedicar vuestras vidas a Cristo o a visibilizar los derechos de las personas LGTB, podéis plantar árboles autóctonos y limpiar la caca de los perros de las aceras. Podéis poneros al servicio de cualquier latinoamericano con el que os encontréis, porque hemos de paliar de alguna forma ese genocidio horrible que cometimos al mezclar nuestra sangre con la suya y al hacer de nuestra identidad la suya propia. Podéis ir a misa.
Ya que sois tan buenos y tan modernos podéis renunciar a vuestros puestos de funcionarios admitiendo que vuestro rendimiento es mínimo, solicitando la suspensión de empleo y sueldo, para que personas más honestas ocupen vuestra plaza. Podéis regalarle un piso al lado del vuestro a una familia de gitanos rumanos para gritarle al mundo que no tenéis ningún tipo de prejucio. También podéis convertiros en veganos de la noche a la mañana para demostraros a vosotros mismos lo gilipollas que podéis llegar a ser si os lo proponéis. Incluso podéis ir a gigantescos centros comerciales sabiendo que es la mejor forma de combatir toda esa terrible ignorancia que nos rodea. Podéis además adoptar un niño negro y ver Planeta Calleja mientras os hacéis una paja. Podéis creer de veras que los andaluces son gente muy divertida y trabajadora. Si vosotros sois tan guay podéis follaros a todas esas personas horribles, a las que nadie se atrevería a dar siquiera un beso en la mejilla. Incluso podríais enamoraros y tener hijos con ellas, ya que sois todos tan geniales. Yo no.
También podéis sentir mucha ternura cuando cojáis en brazos a ese bebé chino que no podríais diferenciar de cualquier otro bebé chino. Podéis regalarle vuestro Audi a ese chaval que acaba de sacarse el carné solo por ver esa sonrisa de gratitud reflejada en su rostro, porque no hay dinero que pague esa sonrisa. Si sois tan increíblemente bondadosos podéis dejar que os sodomice alguien que creáis que lo necesita, sin esperar nada a cambio. Podéis dejar de ver fútbol y empezar a ver toda la filmografía de Isabel Coixet… o de Antón Reixa… aunque esto quizás sea un poco excesivo porque nadie podría soportarlo. Podéis dedicar vuestras vidas a Cristo o a visibilizar los derechos de las personas LGTB, podéis plantar árboles autóctonos y limpiar la caca de los perros de las aceras. Podéis poneros al servicio de cualquier latinoamericano con el que os encontréis, porque hemos de paliar de alguna forma ese genocidio horrible que cometimos al mezclar nuestra sangre con la suya y al hacer de nuestra identidad la suya propia. Podéis ir a misa.
Ya que sois tan buenos y tan modernos podéis renunciar a vuestros puestos de funcionarios admitiendo que vuestro rendimiento es mínimo, solicitando la suspensión de empleo y sueldo, para que personas más honestas ocupen vuestra plaza. Podéis regalarle un piso al lado del vuestro a una familia de gitanos rumanos para gritarle al mundo que no tenéis ningún tipo de prejucio. También podéis convertiros en veganos de la noche a la mañana para demostraros a vosotros mismos lo gilipollas que podéis llegar a ser si os lo proponéis. Incluso podéis ir a gigantescos centros comerciales sabiendo que es la mejor forma de combatir toda esa terrible ignorancia que nos rodea. Podéis además adoptar un niño negro y ver Planeta Calleja mientras os hacéis una paja. Podéis creer de veras que los andaluces son gente muy divertida y trabajadora. Si vosotros sois tan guay podéis follaros a todas esas personas horribles, a las que nadie se atrevería a dar siquiera un beso en la mejilla. Incluso podríais enamoraros y tener hijos con ellas, ya que sois todos tan geniales. Yo no.

La cosa no acabó con títulos de crédito y una bonita melodía precedida de risas enlatadas. Pobres niñitas ricas de familias millonarias. Pobres niñas pijas que nunca podrán volver a chupar una polla en condiciones. Pobre mundo bobo. Larry llorando de emoción en ese juicio que solo interrumpían para ir a publicidad. ¡¡Qué espectáculo!! Esa chica de 15 años jurando odio eterno a su abusador ante la tierna mirada de su mamá, emocionada. ¡Qué valientes e íntegros son todos estos norteamericanos blancos de clase alta! ¡Qué hermoso drama ante nuestros televisores!
Larry Nassar es un monstruo y el mundo es un lugar hermoso donde todo marcha bien. Necesitamos a monstruos como Larry. El bueno de Larry Nassar. No puedo evitar que me caiga bien. Un antihéroe en este escaparate almibarado de hipsters tan políticamente correctos como vacíos. Le veo ahí sentado, indefenso, mientras sus víctimas relatan con voz temblorosa cómo les restregaba su polla por sus cuerpos inocentes… y no puedo evitar sentir lástima por Larry, el muy hijoputa. Con sus ojos de besugo llorosos tras esas gafitas de pasta, Larry Nassar es solo otra víctima más. La de un sistema viciado que le permitió seguir dando rienda suelta a sus perversiones. Las niñas habían contado a sus padres que ese señor les sobaba el coño, algunas incluso llegaron a suicidarse. Varias familias habían dado la voz de alarma sobre las prácticas anormales de Larry. Pero nadie hizo nada. No ocurrió nada. Durante años, Larry siguió abusando de sus disciplinadas alumnas con la venia de sus progenitores y de todo ese sistema podrido que ahora ha quedado puesto en duda. En muchas ocasiones, Nassar realizaba tocamientos obscenos a las niñas ante la presencia de sus padres.
Al terminar el partido, el futbolista negro del Levante declaró que Iago Aspas le llamó "negro de mierda". Aspas pretendía insultarle y, al parecer, realizó un "insulto racista". Además de negro de mierda, querido Jefferson Lerma, eres un puto retrasado.
Todo está perdido. Su mayor logro es habernos dado falsas esperanzas para que pensemos que podemos hacer algo para cambiar las cosas. Es mentira. Solo nos queda la violencia. Solo seremos hombres libres cuando asesinemos a los hijos que esclavizarían a nuestros hijos. Os digo “Feliz año” mirándoos a los ojos con una sonrisa, esperando que tengáis muertes inminentes, lentas y dolorosas. Os deseo lo mejor para este año nuevo imaginando vuestros cadáveres pudriéndose a cámara rápida. Gusanos, carne podrida. Cerramos a las ocho de la tarde para poder ir a pasar la Nochevieja con nuestras familias. Hay un cartel bien grande a la entrada y otro detrás de la barra. Pero vosotros seguís entrando a la cafetería para tomaros los últimos descafeinados templados de máquina con leche sin lactosa y sacarina y son ya más de las nueve. Cadaverina. "¿Ya tienes lavada la cafetera? Es que queríamos tomar un café rápido". Así que sonrío mientras estrecho vuestras asquerosas manos esperando que muráis de cánceres a lo largo de este año, de todo corazón. “¿Nos da tiempo a tomar algo rápido? Un Brugal con Coca Cola y una caña”. Claro que sí, malditos hijos de puta, ojalá no sobreviváis a 2018.
César Antonio Molina es lo pomposo y lo cursi sublimados hasta la autopaja mortal. El más absoluto vacío. César Antonio Molina, si viniesen los extraterrestres y pidieran llevarse a uno de nosotros te entregaríamos encantados sabiendo que no regresarían jamás. Puedes contar esto en tus clases, César Antonio Molina, e irte a tomar por culo.
Cantares gallegos, de Rosalía de Castro, la poetisa del funcionariado gallego, más pasada de moda que la tuna. La literatura a veces se abre camino entre la burguesía que concede premios y da recitales de poesía, otras veces no.