Bazooka
Dos bandos armados enfrentados identificados. Conflicto civil. Si hacemos un barrido en lo que se pública y se debate, se identifica un conflicto civil como aquel en que la autoridad de un estado nacional es contestada por un bando identificado, y en el que uso de la violencia es siempre un mecanismo de defensa estatal o insurgencia civil. Un bando identificado con el propósito de infundir miedo a un sector de la sociedad. Terrorismo. Si nos adherimos a la descripción de la real academia de la lengua española, terrorismo es la “actuación de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.”. Claridad.
Un día otoñal de finales de marzo en el hemisferio sur, dos ocupantes de un volkswagen polo blanco, con luz azul en el techo, aparcan en frente de la puerta de la casa de Sikhosiphi Bazooka Rhadebe. Se identifican como agentes de la policía y preguntan por el padre. El hijo observa como el padre cierra la puerta detrás de él. El sonido de una ráfaga de disparos aterroriza al hijo que corre a su habitación para esconderse debajo de la cama. El padre yace en la entrada de la casa familiar con 8 balas en su cabeza. Estamos en el pueblo de Mdatya en Amadiba, un remoto lugar de la costa del cabo oriental sudafricano.
La voluntad de una comunidad rural, empobrecida por un sistema económico que centraliza la actividad económica en las zonas urbanas, por salvaguardar el derecho a existir del patrimonio natural del litoral Xolobeni, está en conflicto con el interés económico de explotación del titanio de una multinacional australiana. Un bando que se interpone al expolio de su hábitat natural, otro bando ejecutando su licencia administrativa para extraer el titanio de las hermosas dunas de Xolobeni. Rhadebe lideraba a su comunidad en su oposición a la explotación minera de titanio en Xolobeni, por una empresa subsidiaria de la multinacional australiana Mineral Commodities. La muerte del padre a manos de dos sicarios, es uno de los muchos incidentes violentos con los que esta comunidad convive desde que se iniciara la disputa con la compañía minera.
La concomitancia entre gobiernos nacionales y multinacionales ha dejado en soledad y desamparada a la ciudadanía que sigue en pie contra la imposición de modelos económicos invasivos y destructores. Implacable batalla entre David y Goliat, en el que la lucha por salvaguardar nuestros hábitats, nuestros pueblos, quienes éramos y somos, acaba demasiada veces en tragedia para los más débiles. Activistas por los derechos de la tierra se reproducen en Brasil, Honduras, Sudáfrica…. Lugares donde mujeres y hombres no descansan en su lucha contra el terror infligido por bandas organizadas expoliadoras de nuestros recursos naturales. Donde es recurrente la simbiosis entre los administradores de los bienes comunales y los administradores de los bienes privados. La organización Global Witness ha identificado una tendencia criminal a nivel mundial, se ha multiplicado por tres los muertos de activistas medioambientales en los últimos 10 años.
Unas pocas semanas separan el asesinato de activistas medioambientales en Sudáfrica y Honduras. Sikhosiphi Bazooka Rhadebe, Berta Cáceres y Nelson García son víctimas caídas del terror. Una comunidad en lucha por sus derechos a preservar sus hábitats y un bando organizado en lucha por ampliar sus beneficios económicos explotando los recursos naturales de esas comunidades. Los sicarios se cotizan al alza en los despachos de las multinacionales. Terrorismo económico: actuación de bandas organizadas, que, reiteradamente, pretende crear alarma social con fines económicos. Claridad.