¡Salve!
Las noticias sobre nepotismo, corrupción, desempleo endémico, violencia, han relegado un acontecimiento a una discreta posición en el tablero de noticias sobre África austral. El intento judicial de una organización no gubernamental a prohibir la predicación de la fe cristiana en seis escuelas públicas sudafricanas. La Corte Suprema de la provincia de Gauteng tiene que dirimir si prohibir la predicación de doctrinas cristianas dentro de esas seis colegios de enseñanza primaria, o por el contrario permitir el proselitismo dentro de las instituciones estatales a cargo de la educación básica. Entre los argumentos para defender el uso de religión en las escuelas de primaria, se apela los efectos nocivos que la abolición de la religión tendría en el desarrollo cognitivo de los estudiantes. A pesar de que la orden interpuesta está dirigida a seis escuelas públicas en la provincia de Gauteng, el precedente que establecerá este tribunal repercutirá en el sistema educativo público nacional y regional.
Qué Dios proteja a nuestro pueblo. Cierra el preámbulo de la Constitución sudafricana. Las congregaciones religiosas en Sudáfrica tienen un peso social y político preeminente. Líderes clericales son escuchados por feligreses y políticos que gustan sentirse respaldados por citas de libros sagrados. La separación de las esferas privada y pública de la República de Sudáfrica sigue dando muchos quebradores de cabeza a aquellos que creen en la neutralidad de la esfera pública y los que gustan colorearla. La no claridad, a la hora de plantear los límites de esos dos ámbitos, provoca situaciones como la actual, donde órganos de gobierno de escuelas públicas creen tener autoridad para predicar sus creencias religiosas en colegios de primaria.
El laicismo estatal está inscrito en la historia de la cristiandad europea. La relación entre el Emperador y el Papa. Una cabeza bicéfala desavenida o bien avenida según el tiempo y lugar histórico. La lucha por el poder a ser administradores absolutos de sus reinos, unos en el reino terrenal, otros en el reino espiritual. Europa vivió la ilustración, el liberalismo, los movimientos obreros, y muchas batallas de todo tipo que fueron arrinconando el poder del Papa a la esfera privada de los estados nacionales. El modelo ganador, en ese proceso vital, fue impuesto en los territorios colonizados por las antiguas metrópolis europeas. Sudáfrica fue refugio de parias religiosos perdedores en esas batallas europeas. Calvinistas, hugonotes, luteranos,.. buscaron en tierras sudafricanas una oportunidad para vivir bajo la doctrina de sus doctrinas religiosas y evangelizar a los que se cruzaran por su camino. Ganaron la fidelidad de la sociedad sudafricana. Pero sólo una reinó junto al Emperador, la iglesia reformada holandesa NGK.
Mientras en Europa, la posición especial de las iglesias se atacó como un privilegio injustificado, y el sistema de valores eclesial se criticó como irrelevante y reaccionario. En Sudáfrica, se continuaba la conquista y reconquista de dos bandos, el imperio británico y los primeros colonizadores holandeses en tierras africanas. Ambos protestantes, ambos apasionados por la voz de Dios.
Europa necesitó dos guerras mundiales para poner en marcha un modelo de estado que partiera de dos principios a la par, libertad e igualdad. Sudáfrica desembocó en una de sus etapas históricas más oscura y cruel. El régimen del Apartheid contó con el ferviente apoyo de la iglesia NGK. Ambas reinaron de nuevo. La fuerza militar y el poder sacerdotal. Otras confesiones religiosas sudafricanas tuvieron que redimir a los perdedores de la contienda colonial. Los colonizados cayeron en los brazos educadores de católicos, de anglicanos, de musulmanes. A ellos siguen siendo fieles. Tras treinta años de vida en democracia, la sociedad sudafricana sigue creyendo en el clérigo, como el auténtico transmisor de sus valores morales.
Y aquí estamos. El terreno a reconquistar tras perder el poder estatal, la escuela. El lugar de formación para la transmisión de conocimientos básicos elementales y como institución de socialización que quiere reconquistarse para fines religiosos. Si en las antiguas metrópolis colonizadoras, las ideas educativas de la ilustración y el liberalismo de una escuela que contribuya al desarrollo pleno de la personalidad y la emancipación social del ciudadano, han arraigado firmemente. En Sudáfrica se sigue reconociendo un espacio superior a la religión en la construcción de valores morales que deben transmitirse en las instituciones públicas.
Para ello, el reglamento producido por el ministerio de educación básica sudafricana en 2003, reconoce “el valor particular del rico y diverso religioso del país”. Explícitamente se rechaza el modelo estatal laico puro aplicado en Francia “una estricta separación entre las dos esferas de religión y estado no es deseable, sin el compromiso y participación de los cuerpos religiosos es difícil vernos mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo”. Por ello, los fervientes defensores del proselitismo en el aula, enfatizan su autoridad en la esfera espiritual de los ciudadanos sudafricanos. Claman que la abolición de la religión en las escuelas sería devastador para el desarrollo de los niños. Padres, estudiantes, profesores, directores de las seis escuelas denunciadas, les secundan.
Y así seguimos. Un juez, representante del poder temporal, resolverá quién es el ganador de la nueva contienda entre el Emperador y el Papa. La rivalidad entre la jerarquía clerical y la jerarquía laica. Qué los niños protejan a nuestro pueblo.