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Sacrosanta administración

Sacrosanta1

Aviso a navegantes: en cualquier momento puede ser secuestrado por especímenes reconocibles por doquier, quizás uno de ellos se encuentra justo a tu derecha, izquierda, o encima de ti. Mira con cautela porque el próximo secuestrado puedes ser tú. Un visado era mi meta pero me topé con un funcionario de inmigración.

La llegada del día de su tramitación lo había estado posponiendo porque sabía muy bien a lo que debía enfrentarme. La fraternidad y hospitalidad sudafricana es una entelequia, y la brutalidad está impresa en negro sobre blanco. Nada es fácil en este país, y eso hace mella en los caracteres de los especímenes que residen al sur del continente africano.

La oficina de inmigración está controlada por algunos de esos especímenes. Esta vez han tomado la forma de mujeres, jóvenes algunas viejas otras, dispuestas como muñecas rusas al otro lado de un mostrador. Por inercia, la que mensualmente alimenta sus cuentas corrientes, se mueven de derecha a izquierda, hacia delante hacia atrás, deslizándose sin rudos movimientos, como si visualizáramos una secuencia a cámara lenta. Cada acto de estas muñecas rusas es único.

Muy diferente es el ritmo de los que llegamos al otro lado del mostrador, locomotoras a marcha forzadas por llegar a la meta de la carrera de salto de obstáculos, nuestro permiso de residencia. Bultos humanos a la huida para conseguir tocar con nuestras puntas de los dedos el preciado sello.

Somos muchos y estamos unidos. El calor humano está integrado en cada una de las partículas del aire secuestrado en la sala de espera de tramitación de visados. Africanos de todas partes del sur del continente reunidos, día tras día, en un mismo cuarto, a sabiendas de que allí uno llega para dejar pasar las horas. Conocida la hora de entrada, un misterio la hora de salida. Una sala de historias que contar y rebeldía que compartir. La impotencia une y nos hace iguales frente a la brutalidad de los funcionarios de la administración, que siguen ahí, sólo debes levantar la vista y divisarlas deslizándose a cámara lenta de izquierda a derecha, adelante, atrás. Son reconocibles sus voces pero se pierden en el espacio infinito de la sala de espera.

Inmigración es un laberinto de acertijos. A quién se dirigen. A ti, a mí, a él, a ella. Qué me tocará hoy, ensaladilla rusa, o tortilla francesa. La boca de mi muñeca gesticula mientras la miro y de ella salen sonidos transformados en palabras, a veces con sentido y muchas otras sin sentido para mi. A dónde se dirigen esa sucesión de palabras, cuál es el objetivo del disparo de verborrea, yo o el de mi izquierda. Un acertijo. Alzo mi brazo, alzo mi voz, me excuso, una y otra vez, pero nada de nada, está bien entrenada para evitar mi mirada, la de los del otro lado del mostrador.

¡No! es la palabra exclamada que más resuena en la sala. Por favor…le sigue los talones. Alguien se acerca por mi espalda, presiento una materia que ha cruzado mi espacio orbital. Qué es, quién es. La muñeca rebuzna que me quite de ahí, que desaloje los alrededores de su mostrador. La muñeca rusa al ver que estoy en estado catatónico y no me muevo un milímetro llama al guardia de seguridad.

-Aquí no se puede estar, siéntese hasta que llegue su turno.
-Pero no hay sitio dónde sentarse, está todo ocupado.
-Le he dicho que en esta zona no se puede estar, muévase.

Los otros han aterrizado en la sala, hora de partir. Ellos son los elegidos. Los reconoces por la calma en que aterrizan en inmigración. No tienen prisa, sus caras no empáticas observan con desidia a los que nos arrastramos como gusanos por los corredores de inmigración. Nos desprecian. No entienden que nos humillemos tirando horas y horas en los alrededores de los mostradores, suplicando por dos minutos de atención a las muñecas rusas y no hallar respuesta.

Ellos llegan, las miran y se arriman al mostrador. No hay intercambio de palabras, sólo de material. Pasan el pasaporte acompañado por billetes verdes entre sus hojas. Las muñecas no quieren testigos, no quieren a ninguno de los resignados en lugares con punto de mira a la osadía. Saben que tienen el poder. ¡Fuera!.

La mala hostia que controlas no se escape por las orbitas de tus ojos o de tu boca te consume, y la impotencia de saber que debes abandonarte a ser consumida por la ira te descompone, porque ellas tienen el poder, y no escatiman una oportunidad para recordártelo. ¡Fuera!.

No he dejado de observar los pósters que decoran la entrada y corredores de inmigración. Otra adivinanza. Escrito en grandes letras rojas: hot line. Pegatinas y pósters por doquier anunciando la línea de teléfono caliente para denunciar a los funcionarios que acepten sobornos. Me pregunto quién estará al otro lado de la línea. Una muñeca rusa a la que conquistar con mi voz. Tú o yo, quién llama primero.

Ring, ring, ring..
-Hot line, estoy aquí para lo que dispongas.
-Hola, bueno, no sé como empezar, a ver es que acabo de ver como una funcionaría aceptaba dinero de …
-Tú nombre, tus apellidos, tu nacionalidad, tu número de pasaporte, tu número de teléfono, tu dirección, fecha de entrada en el país.
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¿Reconoces algún espécimen a tu lado?

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Blade runner

Servido frío, por favor.

Denuncias registradas en Sudáfrica por asaltos con violencia, asaltos sexuales y violaciones a mujeres en un año: 200.000. Bang.

Estudio del South African Medical Research Council sobre la violencia contra las mujeres desde 1999 al 2009: cada ocho horas una mujer es asesinada por su pareja en Sudáfrica. Bang.

Los casos de asesinato de mujeres por sus parejas, desde el 1999 al 2009, han aumentado de un 50% al 57%. Bang.

El 37% de los hombres entrevistados en una encuesta en la provincia de Gauteng (la provincia más poblada de Sudáfrica) admitieron haber violado a una mujer. Bang.
Según asuntos internos de la policía sudafricana, en lo que va de año seis policías han sido detenidos por alegaciones de violación, incluyendo el caso de la violación de un niño de 14 años, y el de una mujer que se acercó a una comisaría para denunciar un caso de maltrato perpetrado por su pareja. Bang.

En el mes de febrero dos policías fueron detenidos por violación y asesinar a sus parejas. Bang.

Mañana del 4 de marzo, Tribunal de justicia de Pretoria. Juicio contra Oscar, alias Blade Runner, por el asesinato de su novia. Oscar disparó cuatro veces contra una persona oculta en su lavabo.

Michelle Burger (testigo)
-Estaba sentada en la cama y escuché los gritos de una mujer, gritaba socorro. Sus gritos eran petrificantes, tuve la sensación más desgarradora de mi vida. Los gritos tan intensos anunciaban que algo terrible iba a ocurrir en esa casa.
-Entonces oí a un hombre pidiendo ayuda, tres veces. Una, dos y tres.
-Y después otra vez los gritos, gritos de terror de una mujer… Esos gritos me dejaron helada. No puedo explicar con palabras como sentí que la vida de una mujer estaba gravemente amenazada. No puedo transmitir en palabras la ansiedad de su voz.

Bryan Roux (defensa de Blade Runner)
-Gritos ¿Dos personas gritando?

Michelle Burger (testigo)
-Gritos de una sola mujer.

Bryan Roux (defensa de Blade Runner)
-¿Está segura de que eran los gritos de una mujer? Oscar cuando grita su voz suena como la de una mujer.

Michelle Burger (testigo)
-Estoy totalmente segura, era una mujer gritando.
-Gritos de terror de una mujer… y después los disparos se sucedieron. Bang, … Bang, Bang, Bang….  
-Y luego el silencio.

Bryan Roux (defensa de Blade Runner)
-¿Disparos? Está segura que no era el ruido del bate de cricket golpeando la puerta del lavabo.

Michelle Burger (testigo)
-Puedo distinguir, sin ninguna dificultad, el sonido de una arma de fuego, desde niña he entrenado con armas de fogueo y he participado en competiciones con armas de fuego.
-Bang,…Bang, Bang, Bang.

Thokozile Masipa (juez)
-¿Señora, sí usted, puede ponerse en pie y explicar a este tribunal porque una voz sale de su ordenador, sonido que está molestando el desarrollo de este juicio?

Aislinn Laing (periodista inglesa del Sunday Telegraph y Daily Telegraph)
-Lo siento señoría, una ventana se ha abierto inesperadamente en la pantalla de mi portátil con ese sonido de voz humana.

Thokozile Masipa (juez)
-Pido respeto y compostura a la prensa presente en este tribunal, silencio si quieren continuar estando presente en él.
Aplazamiento del juicio.

Noche del 4 de marzo, TV Show Piers Morgan transmitido en la CNN.

Piers Morgan (Periodista CNN)
-¿Cree que Oscar es inocente?
Alan Dershowitz (jurista norteamericano y parte del equipo defensor de O.J. Simpson en su juicio por asesinato)
-El juicio contra Oscar es racial, no tiene nada que ver con la ley.
Bang,…Bang, Bang, Bang.

Los datos estadísticos anuncian que existe una alta probabilidad de que Blade Runner mató a su novia en un caso más de violencia de género, en un país con el índice más alto de asesinatos de mujeres en manos de sus compañeros de alcoba.

Bang, … Bang, Bang, Bang.

La primera semana del juicio de Blade Runner, alrededor de 1500 artículos fueron publicados en medios de comunicación en todo el mundo sobre el juicio. 80 periodistas están presentes en el tribunal para cubrir un caso de violencia de genero sudafricano. Ningún renglón escrito sobre la situación extrema de violencia machista a la que son sometidas miles de mujeres diariamente en Sudáfrica.

Bang,… Bang, Bang, Bang.

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Princesas

Princesa1

Está sentada en la barandilla de hierro que nos separa, sus ojos fijos sobre una tarjeta de visita. Nunca antes había visto esa rara melancolía en su mirada. Más bella, más frágil, más apetecible que nunca. Mi princesa, está vez, no alza la cabeza para regalarme una sonrisa. Sólo tengo tres minutos para cazar su atención antes de que deba partir, el tiempo necesario para que el verde salte del rojo y mi motor se ponga en marcha de nuevo.

Sus cristalinos ojos, azules como un día tan claro que nada puede presagiar que la tormenta esté cerca, siguen posados en esa tarjeta. Sus dedos sujetan con firmeza ese pequeño trozo de papel, una firmeza ausente cuando se pasea entre los coches con ese sensual balanceo que no puedo borrar de mi mente, a pesar de que ya no está en mi espejo retrovisor.

El trozo de cartón que le acompaña cada día, donde ha escrito sus deseos, está junto a ella. Ella sigue soñando, no puede dejar de leer, de manosear esa tarjeta de visita que es una invitación a entrar en esa otra vida una vez más. Una jornada laboral, horarios, obligaciones, aguantar, resistir, y volver a caer. Tiene dudas, quizás una familia a la que abandonó y echa de menos de vez en cuando, quizás hoy. ¡Despierta mi princesa! Levántate y mueve tu figura entre nosotros, muéstranos tu carta de deseos ,“soy madre de familia, y estoy desempleada. Por favor 50 céntimos puede ayudar a mi familia”. Princesa regálanos una sonrisa a todos los que honramos tu belleza.

princesas4Cada día me topo con el ejercito de drogadictos estratégicamente dispuesto para rascar la calderilla de mi bolsillo. Pero rascan poco, mi bolsillo tiene un diminuto agujero, y cumplir con las adicciones de los otros no entra en él. Autómatas en movimiento. Mismas caras, mismos mensajes, mismas miradas vacías. Mi princesa rasca, rasca dulcemente, rasca lentamente, y de vez en cuando se topa con una buena propina que viaja en papel, no en metal.

Un negocio rentable con fieles trabajadores. Nunca abandonan su puesto de trabajo, absentismo 0. No hay tiempo para un calada o un café, descansos 0. Y cuando el trabajador de la cadena de producción baja su rendimiento es reemplazado por otro en el minuto 0. Sólo existe una ley: calla, curra y toma.…. La nueva planta está completa de nuevas adquisiciones. Blancos y mestizos llenan las filas. Cada mes que pasa hay más.

La heroína viaja, la mayoría de las veces, en caballo blanco. Sus jinetes son una tropa de descendientes de colonos europeos que no encuentran sentido al amanecer. Y el negocio no está a la baja. La nueva Sudáfrica sumergió a muchos en las cloacas de un pasado placentero y un presente duro. A aquel pequeño sector de la población blanca que sobrevivía con los subsidios que el estado del apartheid puso a su disposición. Ahora son uno más en la cadena de producción. No más barra libre para sus ex privilegiados culos.

El dinero blanco les ha abandonado por los nuevos amigos africanos que tienen acceso a los lugares dónde se multiplica el dinero. Una vieja clase alta blanca que juega, mano a mano, con los señores que dan acceso a ser proveedor de la administración. El dinero siempre está dónde el sol más calienta y olvida pronto a sus fieles soldados del pasado. Son los nuevos apátridas de la nueva sociedad sudafricana expulsados del paraíso por sus antiguos compinches.

Princesas2Pero ellos ya no están solos, son un ejemplo de la integración social sudafricana. Ellos han aprendido a compartir un semáforo donde arañar bolsillos rotos. Su nueva familia les hace la vida más fácil de digerir. La rutina les ha adoptado como sus preferidos. Semáforo, palabras escritas sobre un cártel de cartón, cortos pasos hacia el frente, hacia atrás, una sonrisa, un gracias, y… Semáforo, palabras escritas sobre un cártel de cartón, cortos pasos hacia el frente, hacia atrás, una sonrisa, un gracias, y…todo es más fácil.

Puedes encontrar a mi princesa en cualquier esquina, semáforo, de tu barrio. Los trayectos rutinarios de casa al trabajo, del trabajo a casa, están llenos de princesas. La mía ha dejado su luz blanquecina por un marrón sucio, la renta que paga por pasar tantas horas en la misma esquina bajo el sol de Ciudad del Cabo. Esa piel curtida a fuego por el sol sudafricano ensalza sus cristalinos ojos que deslumbran si los miras de frente. Mi princesa es la reina de las sonrisas.

El negocio sabe que es imprescindible que los trabajadores no sientan nostalgia de una vida pasada. No se permite alternar con los clientes más de lo necesario, justo el tiempo necesario para rascar un bolsillo. Prohibido intimar. Prohibido compartir más de una sonrisa y un gracias. Mi princesa ya no está. Su reemplazo de cabellos dorados no puede hacerme olvidar. ¿Dónde estás mi princesa?



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